c, 2016
Galería Lucía Mendoza. Madrid
Luz conductora, luz veloz que recorre espacios y tiempos, luz que se cuela y que ilumina, luz que crece y se hace intima, luz atemporal y eterna.
Instalación en el techo con 50 prismas de metacrilato y haz de luz
“The last frontier”. Madera reciclada, dorada con pan de oro y fieltro cosido. 150x180cm
Omura . Fieltro/Dm dorado con pan de oro. 102x140cm
“Grandes lagos americanos”. Políptico Fieltro cosido/Dm con pan de cobre. 136x176cm
Mar rojo. Poliptico fieltro/Dm dorado con pan de oro. 70x270cm
Instalación con hilo de algodón y clavitos en las paredes. Medidas variables
Planchas de porcelana de Limoges, biscuit y papel porcelanico esmaltado y dorado al tercer fuego con lustre de oro. 200x100cm
Planchas de porcelana negra biscuit y papel porcelanico esmaltado y dorado al tercer fuego con lustre de oro. 150x50cm
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Mercedes Lara investiga, busca, se deja seducir por todo lo que le rodea y nos lo desvela a través de su obra, esto es lo que define a un artista, a un verdadero artista.
A los artistas nos gustan los retos, nos embarcamos en travesías con vientos, tormentas, muchas tempestades, muchas. Ustedes si no tienen a un artista cerca ni se lo imaginan, pero si están leyendo este texto es porque están abiertos a bucear en los entresijos del arte, de la creación, una aventura para unos pocos, para unos afortunados.
Este territorio arduo para el espectador y el creador en el que nos movemos, tiene a un juez implacable, el tiempo, nos dicen que limpia como lluvia torrencial, que se lleva todo lo superfluo. El tiempo decimos -hemos escuchado- pone todo en su sitio. Para ese paso del tiempo tormentoso falta mucho. El tiempo, otro tipo de tiempo, lo tenemos que dedicar a dejarnos seducir por las obras de los artistas.
Mercedes ha utilizado la limpieza que el tiempo destila para depurar su obra. Si antes el color era una necesidad vital, ahora los materiales son su color o la ausencia de él, como el metacrilato, buscando esa explosión de luz, pintura inmaterial que se proyecta en las paredes, que la quieres tocar y es pintura.
El tiempo del que habla Mercedes es otro, es un tiempo que baila con la teoría de la relatividad a través de la sabiduría de la intuición, esa arma secreta y compañera del artista, de la artista.
Compartimos con los científicos el gen creador, se cruzan en el camino ideas, intereses o teorías formuladas por científicos dedicados a la demostración y comprobación de sus teorías y los artistas a construir ideas nuevas, poco prácticas pero necesarias, que otros teorizarán después.
El enigmático título C responde a la velocidad de la luz en la ecuación formulada por Einstein. La relatividad creo que es la mejor analogía que podemos utilizar para hablar de arte contemporáneo, todo es relativo, poco permanece y todo cambiará según el punto del observador.
Mercedes ha trabajado con entusiasmo esta exposición, me la lleva explicando desde que le fluían las ideas, antes de empezar a producirla, en ese momento dulce en el que el artista flota ajeno a lo material. Un momento único, uno de los muchos momentos hermosos que los creadores disfrutamos en el que todo es posible, todavía no nos ha golpeado la dura realidad que nos imposibilita o dificulta el realizar algunas obras imaginadas.
Mercedes en esta fase del fluir pensó muchos proyectos, vemos una parte de sus ideas, las justas y necesarias. Son las que ustedes están contemplando materializadas en papel, hilos, fieltro, dicroicos, metacrilato y cerámica.
El barro se endurece gracias al calor del horno, técnica descubierta desde el origen de la humanidad. Los fieltros cosidos dibujan mapas con oro sobre rojo que nos descubren al Mar Rojo. Los prismas de metacrilato descomponen la luz gracias a una lámpara con espejos ustorios, la más parecida a la luz solar, en un espectáculo que nos transporta a nuestro primer recuerdo del arco iris. Los cristales dicroicos nos hacen dudar sobre lo que vemos: los amarillos, los azules y los violetas se mueven, se esconden, juegan y reflejan sus colores complementarios. Los hilos dibujan y transforman el espacio. Y siempre el papel, el dibujo que germina y cierra el proceso creativo.
Mercedes es una artista que indaga la tercera dimensión con piezas que traspasan el muro, pero por encima de todo trabaja desde la Pintura, aunque no utilice óleos o acrílicos. La luz es su pigmento, el tiempo y el espacio sus aglutinantes.
Déjense llevar por las obras de Mercedes, les entrarán por los ojos y por todos los poros de su piel, sus obras son para disfrutarlas, son lo que ustedes ven, no necesitan saber más.
Les invito que entren y buceen en la exposición de Mercedes Lara que presenta la Galería Lucía Mendoza. Disfrutarán de las ideas que sedujeron a Mercedes. El tiempo que le dediquen no será en vano, saldrán diferentes a como entraron, se lo aseguro, sólo hay que hacer una cosa, dejarse seducir.
Roberto Coromina, julio 2016.